Detengamos el mundo bajo los pies.

jueves, 29 de abril de 2010

Llegada a Casa

Se abre la pesada y malgastada puerta de entrada y todo lo que había dentro, sorprendentemente, se veía mejor que afuera. Recordé que mi papá despierta a las 5 am y contra bronquios y marea sale a barrer, aspirar, sacudir. Papá tose e introduce mi maletín en la sala. “Reinita, ven a saludar a tu hermanito” ...

La única hija de mis padres es una pseudo pekinés con mucho pelo en la cola y muchas legañas en los ojos. De pronto no pude dejar de mirar detrás de la puerta de la cocina donde la escondimos de mi padre hace 12 años. Él no quería perros, ni gatos, ningún animal. No solo porque ensucian el piso sino por el inmenso dolor que causa decirles adiós.

Mi perra corre a sus pies, se soba, lame sus dedos, se acurruca... no me mira. “Hijita, no te acuerdas de tu hermanito”. Levanta la mirada y dice “no”.

Sonrío y mi padre me mira como queriendo decir algo. Pero no me dice. Nos sentamos en el comedor y me cuenta que ayer se puso a escuchar Thalía en Internet. Le gusta “Qué será de ti”, su cover de la canción de Roberto Carlos. Sí, es la mejor del disco; respondí.

Papá siempre se afectó mucho por la música que escucho. Siempre me gritaba desde el otro cuarto que cambie ya de canción, que ya se la sabía de memoria, que esa está malograda, que la borre de una vez. Que no ponga esa... que lo ponía triste.

Si un sonido recuerdo yo de él es ninguno. Allá en Lima, en mi minidepartamento: cuando apago las luces y estoy listo para dormir; el silencio, la oscuridad, me hacen recordar a él.

Ya se porqué siempre quise una cocina amarilla: la luz, la luz. La cocina es ya territorio de mamá. El color, la alegría, las canciones. Si un sonido recuerdo de ella es: Radio Ritmo Romántica. Si mi papá es Silencio, mi mamá es Ruido. Y se declararon marido y mujer.

Se enamoraron desde la universidad. 10 años de novios y este año cumplen 26 de casados. ¿Cuándo fue la última vez que viniste a vernos? Diciembre del 2008.

Mi padre repite la fecha en voz baja y yo pienso: cuando tú y mamá se dejaron de hablar.

Tocan el timbre (ése timbre que no escuchaba hace 2 años y que hace 14 significaba que venían a verme para ir a cazar lagartijas) y mi papá abre la puerta. Entra mamá haciendo equilibrio con su maletín en una mano y una torta en la otra. Mi cumpleaños había sido hace un par de días, pero quién le quita el derecho a mi madre.

Pone la torta sobre la mesa, me abraza con la sonrisa llorosa y me dice que la torta sabe mejor de lo que se ve.

Llega a la cocina y coloca todo en su lugar (que para mi madre es el primer hueco donde haya espacio) y “Amor, le preparaste los huevos que dejé”.

Y ese nudo que me amarraba se desamarró.

Mi perra se acerca y se acurruca a mis pies. ¿Ya me recordaste? Levanta la mirada y dice “no”.